Como se ha mencionado en otros posts de este blog, al ser la Covid-19 un virus compuesto de ARN y las posibilidades de mutación son rápidas y fáciles. Por ello, uno de los temas que genera gran variedad de cuestiones es acerca de cómo son o serían las mutaciones y posibles variaciones que el SARS-CoV-2 haya podido tener en esta pandemia mundial.

En Nueva York ha aparecido una bautizada como B.1.526 que ya supone el 25% de los casos en la ciudad y en México, otra llamada B.1.1.222 representa el 87% de los contagios del país. En España, según el último informe sobre variantes del Ministerio de Sanidad, publicado ayer, las más importantes son la B.1.1.7 (variante británica), la B.1.351 (sudafricana) y la P.1 (brasileña).

Todas ellas comparten una mutación llamada N501Y, que las hace más contagiosas, y, además, la sudafricana y la brasileña tienen otra mutación, la E484K, que hace que el virus ‘escape’ mejor de las defensas y, por tanto, también de las vacunas.

En España, sigue siendo la británica la variante más extendida por el territorio del país, de forma muy desigual según la comunidad de la que se trate. En algunas zonas alcanza más de un 90% de los casos.

Ante las últimas noticias, se ha comprobado que las células inmunitarias de las personas que han sido infectados son tan potentes contra las nuevas variantes del coronavirus como contra las variantes anteriores, según una investigación del Instituto de Inmunología de La Jolla y de la Universidad de California en San Diego en Estados Unidos.

“Estos datos aportan noticias positivas ante la preocupación justificada por el impacto de las variantes”, concluyen los autores de la investigación.

Los investigadores han analizado la actividad de las células inmunitarias CD4+ y CD8+ contra cuatro variantes del virus SARS-CoV-2: la británica, la sudafricana, la californiana y la brasileña de Manaos. Las CD8+ son las encargadas de destruir células infectadas por virus. Las CD4+ son células que ayudan a la respuesta inmunitaria.

Los resultados muestran que, en personas que han recibido las vacunas de Moderna o de Pfizer-BioNTech, así como en personas que habían resultado infectadas por una variante anterior del coronavirus, “las respuestas de las células apenas se ven afectadas por las variantes”, concluyen los investigadores.