Historia de la medicina. Medicina inaudita.

La historia de la medicina nos muestra cuan largo ha sido el camino para poder sanar las enfermedades que aquejan a la especie humana. Medicina inaudita. Casi podríamos afirmar que hace muy poco que hemos superado el periodo precientifico, donde conjeturas y conocimiento real se mezclaban pretendiendo recuperar la salud.

Básicamente, ha sido el espíritu de exploración innato que llevamos dentro lo que nos ha hecho pasar de la medicina de los chamanes a un nuevo horizonte de sucesos, donde la medicina cada dia es más individualizada y por tanto más precisa.
El conocimiento y el afán crítico derivados de nuestra curiosidad sobre la naturaleza han permitido a los humanos avances inauditos ante la cruda realidad de la enfermedad.

De increíble podemos fijar esta moderna medicina donde el diagnóstico y el tratamiento han logrado resultados que a los ojos de nuestros abuelos muchos serían catalogados como de auténticos prodigios.
Prácticamente todas las especialidades de la medicina pueden presentar a la población necesitada tratamientos impensables hace apenas unas decenas de años. Curaciones y prevenciones de enfermedades que los mayores de 60 años miran con asombro, como es el caso más reciente en los avances médicos del inaudito trasplante fecal para curar determinadas infecciones intestinales.

En el caso de la hipertrófia benigna de prostata, la cirugía endoscópica con láser ha significado un verdadero punto de inflexión en su tratamiento definitivo.
Estoy refiriéndome a la fotoenucleación prostática que es capaz sin afectar la sexualidad de “extraer” adenomas protáticos de hasta 200 gr. por la uretra, frágil conducto de una longitud media en el hombre adulto de 16 cm y un calibre variable entre 7 y 10 mm.

Gracias a una sofisticada tecnología multidisciplinar entre cirujanos e ingenieros se han podido superar los límites anatómicos y el miedo que nuestros padres y abuelos tenían a un tratamiento quirúrgico de alto riesgo de la enfermedad prostática.
Felizmente la esperanza de vida va aumentando, y a partir de cierta edad vamos añadiendo meses de sobrevida cada año que pasa. Vivimos casi 25 años más de media que la generación anterior. Todo un privilegio poder figurar entre los miembros de esas escasas generaciones.

Esta sobrevida puede convertirse para determinados individuos en un riesgo para el tratamiento de ciertas patologías. En el caso de la hipertrófia prostática que afecta al 80 % de los hombres de 80 años ocasionándoles molestos trastornarnos micciones. La fotoenucleación endoscópica de la prostata ha significado la vuelta a un calidad de vida que los afectados habían casi olvidado, superando en horas una patología en que hace unos decenios era un auténtico calvario para el enfermo y el cirujano.

Hoy en día podemos hablar de medicina inaudita porque tiene algo de asombrosa, pero detrás de este reciente asombro inducido por las modernas tecnologías y el conocimiento contrastado ha habido una lenta, penosa, e inexorable voluntad de mejorar nuestro paso por la vida.

Me gustaría terminar con las palabras del filósofo Gustavo Bueno que reflejan muy bien las dificultades del ser humano en superarse a sí mismo a lo largo del tiempo y poder llegar al moderno ejercicio de lo inaudito: “En definitiva, funcionamos demasiado en modo de pensamiento chamánico, exaltado y binario, y poco en el explorador prudente y confiado “.

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