En un artículo publicado en septiembre en el JAMA Ophthalmol por autores chinos se estudia la “Asociaciónde uso diario de gafas con la susceptibilidad a la infección por coronavirus 2019”. El COVID-19 se transmite principalmente a través de gotitas respiratorias, pero el ojo también se considera una vía importante de infección.

 

Desde el brote de COVID-19 en Wuhan en diciembre de 2019, los autores del estudio han observado que pocos pacientes con gafas ingresan en los hospitales.  Se recopilaron datos de un total de 276 pacientes con COVID-19. La mediana de edad fue de 51 años; 155 pacientes (56,2%) eran hombres y 121 (43,8%) eran mujeres. El principal hallazgo fue que los pacientes con COVID-19 que usan gafas durante un período prolongado (> 8 h) al día, eran relativamente poco frecuentes, lo que podría ser una evidencia preliminar de que los usuarios diarios de gafas son menos susceptibles al COVID-19.

 

Se plantea la hipótesis de que las gafas evitan o desalientan a los usuarios de tocarse los ojos con las manos, evitando así la transferencia del virus. Los estudios han demostrado que las personas se tocan los ojos involuntariamente unas 10 veces por hora.  Según las estadísticas disponibles, cerca del 1% al 12% de los pacientes con COVID-19 tienen manifestaciones oculares y se detectó SARS-CoV-2 en las lágrimas o los sacos conjuntivales de pacientes con COVID-19.

 

Por lo tanto, los ojos son un canal importante para que el SARS-CoV-2 penetre en el cuerpo humano.  El uso diario de gafas se convierte en un factor protector, reduce el riesgo de transferencia de virus a los ojos y hace que, a largo plazo, estos usuarios rara vez se infecten con COVID-19. Estos hallazgos sugieren que se deben recalcar las medidas preventivas, como lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse los ojos.