Un edema pulmonar es causado por una acumulación anormal de líquido en los pulmones, lo que causa dificultades para respirar, es decir, la progresiva disminución cardíaca eventualmente conduce a un aumento significativo de la presión en las venas más cercanas a los pulmones y, por lo mismo que dicha presión se incrementa, el líquido es impelido hacia los alvéolos. Este líquido actúa como barrera, impidiendo el movimiento normal de oxígeno a través de los pulmones.
Existen dos tipos de edema pulmonar:
- Cardiogénico, el cual es el más común y es el resultado de una disfunción cardíaca.
- No cardiogénico o lesión pulmonar.
Otras causas que producen un edema pulmonar también pueden ser:
- Embolismo pulmonar
- Daño al pulmón causado por gas tóxico o infección grave.
- Hacer ejercicio a grandes alturas
- Ciertos fármacos usados con asiduidad.
- Administración excesiva de líquido
- Insuficiencia ventricular izquierda
- Infarto del miocardio
- Insuficiencia renal
Por otro lado, los síntomas que puede ocasionar este problema son los siguientes:
- El principal es la dificultad para respirar correctamente, es decir, la disnea.
El tratamiento de esta patología tiene tres objetivos principales:
- Reducir la presión capilar venosa para reducir la congestión pulmonar. Esto se logra mediante el uso de diuréticos, que ayudan a eliminar el líquido que pasa por la orina, mientras que los medicamentos tienen el efecto de dilatar las venas, reducir la presión y la cantidad de sangre que llega al corazón.
- Mejorar la ventilación pulmonar tomando oxígeno y broncodilatadores.
- Tratar enfermedades que causan edema pulmonar