En los últimos años, numerosos estudios están demostrando la relación de la alimentación rica en grasas y azúcares con múltiples enfermedades como las enfermedades cardíacas, la diabetes o la obesidad en la población general.

Ahora, investigadores de la Universidad de Harvard han estudiado la influencia de la dieta sobre la mortalidad en 926 pacientes con cáncer de próstata en el “Physicians Health Study”.

El estudio siguió a estos pacientes durante una media de 14 años después del diagnóstico, agrupándolos en función de si seguían una dieta occidental o una dieta más saludable (con mayor consumo de verduras, frutas, pescado, legumbres y cereales integrales). Encontraron que los hombres que comían principalmente una dieta occidental tenían 2,5 veces más riesgo de mortalidad por cáncer de próstata y un 67% más riesgo de muerte por cualquier causa que los que seguían una dieta saludable.

Aunque no está claro cuál es el papel exacto que desempeña la alimentación en el desarrollo del cáncer de próstata, se ha observado que es más frecuente entre aquellos varones que comen elevadas cantidades de carnes rojas o productos lácteos.

Todavía no existen suficientes evidencias y seguramente sean necesarios más estudios para aconsejar a los hombres con cáncer de próstata modificar su estilo de vida para mejorar la supervivencia.

La principal conclusión es que, después del diagnóstico, seguir una dieta rica en carnes rojas y procesadas, productos lácteos con alto contenido de grasa y cereales refinados, lo que se conoce como dieta occidental, se relaciona con un riesgo significativamente mayor de mortalidad, tanto por cáncer de próstata como por cualquier causa, si se compara con el consumo de una dieta rica en verduras, frutas, pescado, cereales integrales y aceites saludables.